En los tiempos que corren es cada vez más habitual que un hombre viva solo. Bien porque sea soltero y haya decidido vivir en soledad. O bien porque se haya separado o divorciado y tenga que emprender una nueva vida. Este último es el caso de mi hermano, que después de casi 20 años, dos décadas, casado, se ha separado. Al principio todo parecía que iba a ser un caos. Incluso se planteó volver con mis padres para vivir. Pero estaba claro que eso, para un tiarrón de casi 50 años, era ilógico. Por lo tanto, hizo lo que se tiene que hacer en este tipo de casos, apechugar y tirar para adelante.
SIGUE LEYENDO