Aunque haya crisis cada cierto tiempo en nuestras sociedades, lo cierto es que el lujo, especialmente en España no mengua, al revés crece a un ritmo endiablado. Los gustos por las cosas caras, sea moda, gastronomía, viajes de lujo, etc, no dejan de producirse. Muchas veces elegir algo de lujo lo motiva la propia calidad del producto, pero otras es por aparentar, vestir con una marca cara, o que uno tiene poder adquisitivo, así como opulencia, otras veces es porque tenemos dinero y podemos permitírnoslo.
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