Desde pequeñito he adorado el mundo de la automoción. Era de esos niños que les encantaba montar en los coches de choque. Cuando fui algo más mayor me aficioné a los karts. Luego me tocó ir a Madrid a estudiar y lo dejé aparcado.
Ahora que volví a Alicante, he vuelto a esta pasión que tantos buenos momentos me hizo vivir. Los karts suelen fascinar a todo aquel que los prueba. En mi caso voy a un circuito de karts muy divertido llamado Chicharrakarts. Puedes alquilar un kart o varios con tus amigos o compañeros y pasarlo genial y en los 50.000 metros de terreno que tienen, además de entretenimiento para el público de todas las edades.
Para que os hagáis una idea, digamos que es lo que sería un circuito de carreras de la Fórmula 1, pero adaptado a los karts. En 2006 un buen amigo me dijo que abrieron y desde aquel año, iba a pilotar cuando tenía vacaciones. Era uno de los atractivos después de ver a la familia y los amigos.
Lo cierto es que las instalaciones que tienen son magníficas. Son referencia no solo en la Comunidad Valenciana, también en el resto del país. Tienen restaurante, sistema de cronometraje con pantalla digital y demás. Imagínate un circuito de kart con torre de control, zona vip, minigolf o un servicio propio que cronometra los tiempos.
Yo vivo en Ontinyent, pero Villena me pilla al lado, por lo que casi todas las semanas me echo unos vicios. La verdad es que el mundo del karting es bastante adictivo y todos los que les gusta conducir y van, repiten. Hace unos años, tenía siempre copiloto cada vez que baja a Alicante. Les llevaba al kart y claro, querían ellos también ser los Fernando Alonso de turno.
A todos los que os guste conducir, os animo a que probéis el mundo del karting, de verdad que intentar expresarlo con palabras es complicado, esto hay que sentirlo y la adrenalina aumenta de una manera increíble. Mi novia dice que según me voy acercando al circuito nota como me voy poniendo más inquieto y que hasta me brillan los ojos.
No puede uno evitar la pasión por un mundo que me vuelve loco. A veces cuando llego después de unas carreras, sueño con la carrera y me veo rozando los neumáticos del contrario en las curvas y ese olor a neumático quemado que tanto me gusta.
Cada uno tiene una pasión, pero si de verdad te gusta la velocidad, te invito a que te animes a ir un día de visita a los karts, seguro que es una experiencia que no olvidas. Un compañero nuevo que entró en la oficina me decía que eso era de niños pequeños hasta que lo probó, fue entonces cuando se dio cuenta que son palabras mayores y que el tamaño pequeño solo ese eso, pues las sensaciones son realmente grandes e invitan a las sensaciones más fuertes.
Así que ya sabéis, vete a un buen circuito de karts y sumérgete en este mundo donde la velocidad y la camaradería son una constante.