El consumo de energía varía de unas zonas de España a otras, por lo que en todos los hogares el gasto no es igual. De hecho, el 15% de las viviendas no tiene ningún sistema de calefacción y solo el 10% tiene una instalación o un alta de gas natural centralizada, recurriendo la mayoría de hogares a aparatos y equipos independientes.
A pesar de estos datos, disponer de equipos de calefacción central permite acceder a tarifas más económicas y controlar mucho mejor el consumo y el mantenimiento.
Existen muchos sistemas y alternativas para calentar el aire y el agua: calderas, radiadores, aparatos eléctricos, sistema de suelo radiante, bomba de calor… La opción más cara es la alternativa eléctrica.
Por cada grado que aumentamos la calefacción, se incrementa en un 7% el consumo de energía. Lo aconsejable en invierno es mantener la casa a una temperatura de entre 19 y 21ºC durante el día y entre 15 y 17ºC por la noche (esto puede ser únicamente en los dormitorios, que es donde estaremos).
Tener válvulas termostáticas en cada radiador para regularlo puede conseguirnos un ahorro de entre un 8 y un 13%, así como cerrar bien las persianas y las cortinas (la calidad del cerramiento de las ventanas es fundamental para que no haya pédidas de calor.
Fuente: instalacionesdegasnatural.com