Deportes de riesgo hay muchos. De hecho, la práctica deportiva siempre entraña algún tipo de riesgo. Eso es lo que incita a seguir practicando ciertas actividades deportivas: la adrenalina que de ellas se desprende. Los beneficios del deporte son siempre superiores a los posibles riesgos. Máxime, cuando estos riesgos se pueden minimizar.
Como sucede en la práctica de un deporte donde los golpes mandan, y gran parte de ellos van a parar a la cara. El boxeo, es sin duda, un deporte intenso, emocionante y cargado de técnica, donde el ejercicio ayuda a descargar grandes dosis de energía e incluso, a canalizar las emociones. Sin embargo, se trata de un deporte donde la violencia juega un papel importante. Protegerse de los envites del adversario es fundamental. No en vano, en eso consiste, evitar los golpes y propinarlos.
Según los datos que manejan los profesionales de la odontología como nuestros amigos de Mesiodens, expertos en implantes dentales en León, los golpes en la mandíbula suelen ser motivo de consulta y reparación de daños. Proteger la boca es obligatorio en este tipo de deportes. Todos hemos visto alguna vez esos protectores que llevan los boxeadores y escupen cuando paran o terminan el combate.
En la actualidad, los protectores para la boca, han evolucionado y pueden encontrarse en el mercado diversos tipos y diversos materiales. Hemos indagado un poco para que los que se inicien en esta modalidad deportiva, estén al día en materia de protección bucodental. A nadie le gusta que le salten los dientes.
Encajando el golpe
El boxeo es un deporte de combate. No hay más. La deportividad esta presente en el ring pero no deja de ser un combate en el que dos personas luchan utilizando sus manos y emitiendo golpes sobre el adversario sin ton ni son. El limite de la zona de ataque es la cintura. De ahí, para arriba, incluyendo la cara. Esto quiere decir que, con toda probabilidad, si practicas este deporte, a buen seguro, te llevaras un puñetazo en la cara en más de una ocasión.
Siendo esto así, también existe una altísima probabilidad de que esos golpes, dirigidos a la cara, terminen en la boca y por consiguiente, los dientes y la mandíbula pueden resultar afectados. Las lesiones en esta zona pueden ser leves o graves, según el golpe, obviamente.
Es fundamental la prevención. No, no nos referimos a dejar el boxeo. Prevenir los males mayores y evitar en la medida de lo posible las lesiones en la cara y la cavidad oral. No solo los golpes directos pueden desembocar en una lesión o un salto de dientes. Caídas o choques, en exceso frecuentes, pueden acabar en un impacto que haga que tus dientes, se descoloquen. Eso, en el mejor de los casos.
Dentro de esta disciplina deportiva, sin duda, lo más importante, es evitar el golpe. En caso de no poder hacerlo, encajarlo de la mejor manera posible para que no haya daños mayores. Es algo así como saber caer. Si te empujan y reaccionas a tiempo para caer de forma que los daños se minimicen, sabes caer. Si te asestan un golpe en la cara, pero reaccionas a tiempo para encajarlo bien, el daño será menor.
En cualquier caso, golpes van y vienen cuando practicas boxeo. Como es de entender, los puños del adversario van a impactar en tu cara en más de una ocasión. Por ello, es conveniente y obligatorio, utilizar protectores bucales. Como las férulas de descarga, pero con propiedades más protectoras.
Estos aparatos flexibles y de plástico, se colocan en la boca, con la finalidad de proteger los dientes y prevenir las posibles lesiones que se pueden producir durante el combate.
Su función principal es la de proteger mediante la amortiguación de los golpes. Al amortiguar el impacto se minimiza el riesgo de dientes rotos, heridas en los labios, la lengua e incluso la mandíbula. Esto es así porque también evita posibles mordidas a uno mismo tras el impacto.
Por norma general, cubren los dientes superiores por ser los más expuestos y sobresalir más de la boca. Su utilización evita males mayores y lesiones graves en gran medida. Se trata de un aparato de uso obligado para practicar boxeo.
Tipos de protectores bucales para el boxeo
Antaño, existía un tipo de protector bucal para la práctica de boxeo. Actualmente, podemos encontrar varios tipos en función de su fabricación y la forma de adaptarse a la boca.
Los hay prefabricados. Como su nombre indica, estos protectores bucales, vienen preformados y se adquieren listos para su utilización. Suelen ser voluminosos e incomodos ya que al ser estandarizados no se adaptan bien a la boca.
Existen protectores que se moldean en casa. Estos, se ablanda en agua caliente antes de colocarse en la boca para que cojan la forma de la misma. Se adquieren en farmacias o tiendas de deporte. Se ajustan mejor que los protectores prefabricados, aunque no se consigue el ajuste perfeto.
Como es de suponer, también existen protectores bucales hechos a medida. En este caso, el dentista es quien se encarga de su fabricación. Se hacen de forma personalizada e individual, adaptándose totalmente a la boca y resultando así, más cómodos. Estos son sin duda, los mas recomendados. Por lo tanto, en el caso de que tu deporte sea el boxeo, la mejor opción es contar con un protector a medida para proteger tus dientes y evitar más visitas al dentista.
Utilices el protector que utilices, es fundamental llevarlo siempre en la mochila donde se encuentren tus enseres deportivos. Sea prefabricado, moldeable o a medida, no debes olvidarlo a la hora de ponerte los guantes de boxeo.
Si te decantas por un protector a medida, debes tener en cuenta que requiere de una serie de cuidados más concretos que los otros. Para mantenerlo en buenas condiciones durante el mayor tiempo posible basta con seguir estos pequeños consejos:
- Limpiarlos tras cada uso es primordial. Un cepillito de dientes blando y agua, será suficiente.
- Enjuagarlos con agua fría antes de cada uso.
- Guardar y transportar el protector en su propio estuche, rígido y con ventilación para que se seque bien y evitar la proliferación de bacterias.
- Revisar de forma periódica para comprobar si sigue ajustándose correctamente o presenta desgaste o señales de rotura, en cuyo caso habría que remplazarlo.
Como no podía ser de otra manera, el aparatejo necesita revisiones profesionales. Será el dentista que te lo fabrique quien te indique la necesidad y periodicidad de esas revisiones para comprobar su estado y realizar una limpieza a fondo. Será el mismo profesional quien te indique la necesidad de cambiarlo cuando llegue el momento.
Cualquier deporte que se practique, conlleva implícito un riesgo asociado. Cada uno de los deportes cuanta con sus propios elementos de protección. Sin embargo, en algunas disciplinas deportivas, la ausencia de protección no suele derivar en problemas mayores. En el caso de los deportes de contacto, es fundamental utilizar protectores en puntos clave de la fisionomía, sobre todo de la masculina.
Todas las disciplinas relacionadas con la lucha cuerpo a cuerpo, entrañan riesgo, pero no todas ejercen la misma violencia contra el adversario. El boxeo es una de las que más agresividad desata. Los golpes en la cara o el torso son la constante, ya que no se puede golpear por debajo de la cintura.
Proteger la mandíbula y la cavidad oral, es vital. Evitar los golpes también, aunque eso es en extremo complicado. No hay que olvidar que la deportividad debe estar presente en cada combate y, aunque sea un cuerpo a cuerpo, no cabe ensañarse con el rival.