Imaginad mi cara de lelo cuando llegué ayer a recoger mi coche del taller de chapa y pintura y lo veo, supuestamente acabado, y con a al menos (porque lo vi todo de manera rápida antes de ponerme a gritar como un loco la verdad) unas 7 o 8 gotas de pintura. ¿Yo no he pagado para que me pinten el coche y me lo dejen impecable? Y va el tío del taller y me dice que es la cabina de secado que se le ha estropeado ¿quieres que te recomiende yo un horno se secado en condiciones? Pues ahí lo tienes. Que no es tan difícil cambiar tus herramientas si se te estropean o, al menos, di que no puedes hacer el encargo en ese momento pero no estropees más un coche de lo que está.
A ver, os voy a poner en situación: un coche aparcado en la calle con el que alguien se ha entretenido rayando toda su carrocería durante la noche con lo que probablemente sería una llave, un dueño de coche cabreadísimo cuando ve el resultado de las gamberradas de algunos críos, una esposa furiosa porque no quiere gastarse el dinero ¿Qué creéis que está pasando? Pues muy simple, soy yo diciéndole a mi mujer que me voy a gastar 800 euros de nuestros ahorros en pintar todo el coche de nuevo porque cada vez que lo miro en las circunstancias en las que está ahora me entran ganas de llorar. El problema vino luego, cuando el “supuesto profesional” me dejó el coche lleno de goterones. Al final se ha comprometido a arreglármelo, más le vale, porque de lo contrario le meto una denuncia que le van a temblar las piernas.
Y es que hay gamberradas que no pueden permitirse. Vale que el dueño del taller al que he llevado mi coche sea un estúpido y un inepto pero nada de esto habría pasado de no haber siso por el capullo que pensó que sería una buena manera de divertirse dejarme el coche lleno de arañazos. Deberíamos poder hacer lago contra este tipo de gamberradas. Hay algunas que pueden costarte la vida como la que narra el diario La Vanguardia por ejemplo, “Casi tenemos un accidente mortal por culpa de una gamberrada”. Por lo visto alguien lanzó un bote de cristal sobre el parabrisas delantero de un coche que iba conducido por un joven y acompañado por su pareja. El bote iba lleno de una masa viscosa que les dejó sin visibilidad por lo que, además del volantazo por el susto en sí que se llevaron, tuvieron que lidiar con tener que conducir sin ver nada hasta poder parar en el arcén.
¿En qué piensa la juventud? ¿Se divierten haciendo daño a los demás o es que les da igual quien haga el daño con tal de que puedan partirse de risa del mal ajeno? Sinceramente, no sé si es la educación que les damos, lo que ven por la televisión o lo permisivos que somos los padres ahora pero sea como sea hay que encontrar la causa de esto y ponerle remedio porque de lo contrario yo no sé qué va a pasar con nuestra sociedad.