Si cierro los ojos y recuerdo un día en el bar con mi padre mientras hablábamos de lo divino y humano, siempre le recuerdo con un cubata en la mano de ginebra. Era nuestro momento. Lejos de casa. Guardaba una gran relación con mi padre, porque desde que era pequeño siempre le consideré como la mejor persona para poder asesorarme. Nos íbamos al bar, y copa en mano, me recomendaba lo que él haría en mi situación. Recuerdo que me asesoró en la mujer de mi vida (no falló), en lo que tenía que hacer cuando me echaron del trabajo e incluso en la forma de votar. Aunque ahí nunca me convenció. Él vivía más en la época de la lucha en la calle.
Por eso ahora cuando veo cómo ha evolucionado la moda de la ginebra, siempre pienso en él. Mi padre murió hace seis años y no llegó a vivir este boom que hay ahora con esta bebida. Sin embargo, nada tiene que ver con lo anterior. Me llama la atención las ginebras rosas, porque yo no le veo la gracia. De verdad creo que a la persona que nos gusta la ginebra, es imposible que este sucedáneo le pueda gustar. Y lo más llamativo es que este boom parece que no tiene fin.
Orígenes
Solo hay que hacer un poco de memoria para comprobar que la ginebra tal y como la conocemos hoy en día se origino como respuesta de los destiladores ingleses al Genever Holandés. La consecuencia fue un aguardiente con más graduación y con aromas más fuertes. Hoy en día se consiguen ginebras muy diferentes las unas de las otras teniendo en cuenta la cantidad de ingredientes que se utilizan para aromatizarlas. Pero no se puede disminuir su potente sabor, que le hace único. O ésa al menos es mi opinión.
Un aguardiente de grano del maíz, que primero sufre una fermentación de los jugos del grano y posteriormente se destila obteniendo un aguardiente que se aromatiza con bayas de enebro como normal principal. Después dependiendo de cada casa se le darán toques de otros hierbas aromáticas o incluso de cascaras de naranja, flores de lyrio, etc. Y es ahí donde se mata a la bebida porque se está jugando a ser dioses, echando de todo. No me gusta la ginebra rosa, porque es muy dulce, y me sabe a todo menos a cerveza. ¿No os pasa igual a vosotros?
Cómo se bebe
En lo que no voy a hacer concesiones es en la forma de beberlo. La mejor forma de beber la ginebra es servirla solo y fría o bien con cubitos de hielo. Pero siempre en copa Giona. Yo afortunadamente he encontrado una página web gionapremiumglass.com. Es sin duda, garantía de calidad, ya que son elaborados en cristalino de alta calidad, lo que les otorga un brillo y claridad permanente, todo ello unido a una tecnología de fabricación que le aporta una alta resistencia. Ahí es cuando me acuerdo de mi padre. Daría lo que fuera por poder estar otra vez con él. Pero bueno, me conformó con hacer fiestas con mis colegas.
SI tengo que recomendar un cóctel, es el Bronx. La bebida de los más duros. Vete a un sitio de entendidos y pídelo. Ya me lo contarás.