Dicen que las mujeres inteligentes no se casan, por eso cuando Ana me dijo que se casaba no podía creerlo. Ella, siempre tan anti ataduras, libre como el viento y lista como un ajo, nos había sorprendido a tod@s los allegad@s con la gran noticia. Sí, Ana se casaba y nada ni nadie podría hacer nada para evitarlo.
Desde que conoció a Antoine en aquella estancia en Bruselas, Ana ya no parecía la misma, y no lo digo por mal, que no es así, sino más bien todo lo contrario. De repente, la seria, responsable y rutinaria Ana, se había vuelto divertida, alocada y sobre todo, mucho más alegre, e incluso de vez en cuando se permitía soltar alguna que otra palabra mal sonante, un chiste verde o cosas que antes jamás habría pensado hacer. Así era antes de sosa Ana.
Y así que sí, Ana se casa, se casa y se casa, y por más que lo repito no termino de creérmelo. Oh, que enamorado había estado yo de Ana en el pasado, bebía los vientos y aunque nunca me prometió nada, sinceramente llegué a pensar que lo nuestro llegaría más lejos. Hasta ese fatídico día en que me dejó y me rompió el corazón en mil pedazos, y desde entonces jamás he vuelto a enamorarme. Debería haberlo visto venir, ella tan estudiosa, tan trabajadora, tan formal, y yo, tan desastre para todo.
Hoy, puedo presumir de ser su mejor amigo y el padrino de su boda, y como tal, me he comprometido a regalar las alianzas a la feliz pareja, y de hecho, ya las he comprado en Joyería Lorena, que tiene todo tipo de artículos para novi@s, en oro, oro blanco, oro bicolor y plata. En esta empresa familiar que son joyeros desde 1986, y garantizan a todos sus clientes y clientas el mejor de los servicios y atención personalizada, tanto física como telefónicamente. Por eso ofrecen solo productos de calidad, tanto en lo que concierne a sus joyas personalizadas baratas como en el departamento de grandes marcas de joyería y relojería, porque en Joyería Lorena lo que es barato es también de primera calidad. Cuentan con una amplia gama de posibilidades, tanto económicas como de diseño, con un gran surtido de joyas en oro, plata y acero con posibilidad de ser, así como las mejores marcas en relojes.
Qué hay de cierto detrás de la frasecita…
Según dicen las mujeres inteligentes no se casan o al menos retrasan la edad para hacerlo, pero, ¿qué hay de cierto detrás de esta popular frase?
Según estudios recientes, ser soltera no significa necesariamente no creer en el amor o en la vida en pareja, sino que la decisión, tiene más que ver con el grado de inteligencia. Estos estudios han arrojado a la luz lo que desde hace tiempo se venía sospechando, que las mujeres exitosas tanto académica, como profesionalmente no quieren casarse. El dato curioso es que en los hombres ocurre justamente lo contrario, que a mayor inteligencia, más deseos de casarse, tener hij@s y una mujercita que se ocupe del hogar, algo que decididamente una mujer lista no hará… Las mujeres que eligen estos hombres para casarse suelen ser, por lo general, más tontas que ellos… Y así evitan esa insoportable sensación de fracaso e impotencia que les invade cuando se enfrentan a una mujer lista…
Las mujeres inteligentes no pasan del amor, pero sí de la idea del amor romántico y de sus inalcanzables pretensiones y anhelos, que tanta frustración provocan y que se deben principalmente al cine, la literatura y la publicidad. Y así buscan hombres que las hagan crecer intelectualmente y no un señorito cómodo y machito en busca de cuidaditos.
El caso es que de todos modos, mi Ana se me casa, y yo espero que sea muy feliz, aunque ya lo sabe, cuando se canse, aquí me tiene.