Comprar una vivienda nueva a estrenar en Córdoba tiene un precio medio de unos cien mil euros, y si nos vamos a capitales o grandes ciudades hablaríamos de unos cincuenta mil euros más. Lógicamente las hay más caras y más baratas pero una casa, de gama media, con su ascensor y unos 80 m2 tiene ese precio aproximadamente, aunque si miramos viviendas unifamiliares o adosados el precio aumenta considerablemente. Ahora bien, una vivienda de segunda mano puede salirte a un precio mucho más económico, desde los 25 o 30 mil euros hasta lo que quieras gastarte, y aunque es verdad que muchas casas están para tirar abajo y rehacerlas enteras, en otras es sólo la apariencia lo que tira para atrás.
Si tenemos que cambiar electricidad, fontanería y otros pormenores que no se aprecian a simple vista pero que están ahí, la reforma de la vivienda podría salirnos incluso más cara que la compra de una casa nueva. Sin embargo, muchas veces estas cosas se han ido cambiando con el paso del tiempo y lo que tiene la vivienda es sólo una mala estética. Eso mismo es lo que me ha pasado a mí y tras comprobar, asombrado, lo que se puede llegar a hacer con una vivienda antigua, he decidido contaros mi experiencia.
Debía mudarme a Córdoba, por temas laborales (nueva sede a la vista) en cuestión de dos o tres meses, y eso hizo que me pusiera manos a la obra buscando vivienda. La empresa, que se porta estupendamente con estas cosas, se compromete a pagarte un 15% de la vivienda o el alquiler que decidas y como estoy un poco harto de alquileres, opté por la compra que, al final, acaba siendo una inversión. Eso sí, por mucho 15% que me pague la empresa mi bolsillo no es tan grande como para pagar el otro 85% de manera holgada así que me fui directamente a los pisos de segunda mano.
Aparentemente desastroso
El susto me lo llevé nada más empezar porque aquellas viviendas que podía permitirme tenían un aspecto horrible y estaba a punto de tirar la toalla para mirar algo de alquiler cuando el agente inmobiliario me dijo que, si me interesaba alguna por localización o número de habitaciones, podíamos pedir permiso para hacer una revisión profesional. Le hice caso y a las dos semanas estábamos en un piso del año 1972 cuya localización era perfecta, al igual que el tamaño, pero cuya imagen dejaba mucho que desear. Un fontanero y un electricista vinieron con nosotros y mientras uno metía una cámara por los desagües y tuberías para ver su estado y si habían sido cambiadas en algún momento por las de PVC actuales, el otro desatornillaba enchufes para mirar el estado de los cables. Tuve suerte, toda la instalación eléctrica se había hecho con cables de 2,5 y las tuberías, aunque no todas, habían sido cambiadas en su mayoría. Al final sólo tuve que cambiar el desagüe del baño y no fue necesario nada más que levantar la taza. Eso sí, estéticamente estaba que daba pena. ¿Queréis saber qué me gasté en la reforma? 6.000 euros. Eso sí, tuve que remangarme y hacer faena: en Nivelacióncerámica.es compré un kit para chapar cocina y baño yo mismo, en Leroy Merlin compré azulejos y materiales, y al final la única contratación de profesionales que hice fue a esta empresa de mudanzas en Córdoba y sólo porque traer mis muebles desde Madrid no era moco de pavo.
Gasto total 46.000 euros y dos tonterías que compré de decoración, y a cambio tengo una vivienda, bastante grande, que ahora mismo se me ha quedado preciosa.
A veces tenemos miedo de meternos con reformas y preferimos tirar hacia lo fácil pero si buscamos bien es posible que ahorremos un buen dinero y nos asombremos de lo satisfactorio que puede llegar a ser hacer tú mismo dicha reforma.