Los musulmanes dejaron es España un gran legado cultural y arquitectónico. Su elegante e inteligente manera de construir, han dejado en diferentes puntos de nuestro país, monumentos y edificios que albergan una apasionante historia. Mezquitas, Alcázares, la Alhambra, Alcazabas… construidas durante la época de mayor esplendor de su cultura, momento en el que al-Ándalus era el nombre por el que se conocía la península ibérica.
Desde el sur de España, al-Ándalus fue extendiéndose y dejando a su paso, el recuerdo de su cultura. Toledo, es un claro ejemplo de la tradición musulmana, comparable al de toda Andalucía, donde nos dejan la mayor muestra de pericia arquitectónica: la Alhambra de Granada o la Mezquita de Córdoba. Sin embargo, no todo quedó relegado a Andalucía, a medida que conquistaban territorio, los musulmanes, construían alcazabas, donde se instalaban.
Actualmente, de entre todas esas alcazabas, podemos destacar, la de Almería, por ser considerada como la mejor conservada del país y la segunda más grande de España y la de Badajoz, la mas grande de Europa, y de las más extensas del mundo, según su construcción y la época en que erigió.
De esta última en particular, vamos a hablar en este artículo, para que aquellos que visiten Badajoz, no dejen de visitarla y recorrer, sus mágicos muros. Si ten encuentras en esta tierra y te alojas en un hotel como el Condedu, ubicado a escasos minutos de la Alcazaba, ellos te proporcionarán la información necesaria para que planifiques tu visita a tan interesante lugar.
Para adentrarnos en las murallas de la Alcazaba más grande de Europa, primero, hemos de saber que es una alcazaba. Esta palabra, procedente del árabe, viene a significar, ciudadela. Como su nombre indica, consiste en una suerte de miniciudad dentro del territorio. Estas construcciones o recintos fortificados de carácter urbano, se construían con la finalidad de ejercer la función de servir como residencia a un gobernador y, a su vez, defender un lugar determinado sobre el cual, se edificaba. En su interior, se albergaba una guarnición de soldados que, habitualmente, formaba un barrio militar con viviendas y servicios, dando como lugar a la ciudadela. Solían las mismas, estar asociadas a un alcázar o castillo, aunque este era independiente.
Sin más preámbulo, adentrémonos tras las murallas de esta impresionante edificación.
Orígenes
Pasear por Badajoz, es adentrarse en una bella ciudad cuyas fachadas y calles, evocan otra época, inhalar su aire, es respirar historia y trasladarse a tiempos pasados. La ciudad de Badajoz se fundó en el año 875 por Abd-al Rahman Ibn Marwan, sobre lo que fuera un asentamiento visigodo, momento en el cual se construyó su maravillosa Alcazaba. Este monumento de forma ovalada, cuyo origen era el de proteger la ciudad, fue reforzado a lo largo de los siglos posteriores, datando en gran medida de la época almohade, allá por los siglos XII y XIII. Si algo caracteriza esta construcción, es su sencillez, aunque en ella, se incluyan muchas piezas y elementos de origen visigodo y romano, ya fuera como refuerzo o decoración.
Esta impresionante edificación, se sitúa sobre el conocido cerro de la Muela, limitando con el rio Guadiana al norte y el arroyo Rivillas al este, lo que suponía un excelente lugar estratégico para levantar la fortaleza. Desde el cerro, podía controlarse el paso de la meseta castellana hacia territorios como Portugal o Andalucía.
En el año 1931, esta alcazaba, fue declarada como Monumento histórico artístico, constando como la edificación militar y defensiva más antigua de Badajoz.
En su parte superior, la muralla y las torres, se comunican por un paseo de ronda o adarve, cuyo acceso se realiza por las escaleras interiores. Pasear por ese camino, hace pensar en los soldados y vigías de la época, encargados de dar la voz de alarma en caso de ataque. Los visitantes actuales, no tienen que preocuparse por vigilar, basta con que contemplen desde ese punto las mejores vistas de la ciudad.
A esas torres, comunicadas entre si por el paseo, se las conocía como albarranas y su función, era reforzar la defensa en las partes más débiles de la muralla. La fortificación, se componía a su vez, por ocho baluartes y dos semi baluartes. Uno de ellos, conectaba la fortificación abaluartada con la muralla medieval de la alcazaba musulmana. En la actualidad, uno de sus baluartes, el denominado de San Juan, ha desaparecido, manteniéndose, no obstante, el resto de los elementos principales.
El acceso a la ciudadela, puede hacerse desde cualquiera de las puertas con las que cuenta, aunque son las mejor conservadas las del Capitel y del Alpéndiz, de la época almohade. Ambas entradas en recodo, sistema que empezó a utilizarse a mediados del siglo XI, para impedir el acceso rápido y directo y favorecer una mejor vigilancia.
Curiosidades para el turista
Cuando nos decidimos por visitar algún lugar, lo mejor es empaparse de su historia, origen y tradiciones. Lo más habitual, es conocer mínimamente lo más relevante. Si se trata de una ciudad, lo más destacable y llamativo, si se trata de un restaurante lo que ofrecen en su carta, en el caso de un monumento, los datos relevantes y algunas cosas que capten nuestra atención. Si conocemos las curiosidades de antemano, es posible que nos resulte más apetecible la idea de visitar algunos lugares.
Por dicha razón, para las mentes inquietas y ávidas de conocimiento, así como para todo aquel que guste, dejamos una serie de datos y curiosidades sobre este magnifico lugar que, de visitarlo, a buen seguro, no te dejará indiferente.
Gracias a al Alcazaba de Badajoz, la ciudad tiene el recinto amurallado más largo de España, con una longitud de seis mil quinientos cuarenta y un metros de muralla. También posee la Alcazaba más grande de Europa, con ocho hectáreas de terreno y mil doscientos metros de lienzo de muralla conservada.
El interior de la fortificación, cuenta en su interior con el palacio de los Condes de Roca o los Duques de Feria, construido por mandato del Gran Maestre de la Orden de Santiago entre el siglo XIV y XV. Su última restauración data de mil seiscientos treinta y uno y su estilo, pertenece al renacentista con elementos mudéjares tardío. En el siglo XVIII, formó parte del cuartel de San José, quedando tras la guerra de la Independencia Española en un estado ruinoso. Una minuciosa y exhaustiva restauración, convirtió el palacio en lo que hoy es el Museo Arqueológico Provincial.
La torre de Santa María, único elemento que aun permanece de lo que fuera la Catedral de Badajoz, actualmente se haya integrada en el edificio de la Biblioteca de Extremadura.
Como buena ciudadela, la parte perteneciente al antiguo hospital militar, conserva todavía restos del palacio del fundador de la Alcazaba, Ibn Marwan. Junto a la torre de Santa María, alberga la Biblioteca de Extremadura.
A modo de dato curioso, se cree que la torre del Palacio Episcopal, con toda probabilidad, perteneció al palacio renacentista de los Acevedos.
Una alcazaba se compone por otra serie de edificios, esta, no podía ser menos y a parte de las edificaciones citadas, quedan restos de otras: los de la antigua iglesia de la Consolación y un torreón contiguo, la ermita del Rosario, la iglesia de Santa María de Calatrava o de los Freires, el torreón de Calatrava, el Cuartel de Infantería, antiguos depósitos de agua y la casa y torreón de Zapata.
Dentro de la alcazaba no podían faltar unos jardines. Los que podemos contemplar, son fruto de varias restauraciones llevadas a cabo durante siglos. La última de ellas, en el año dos mil siete. Su extensión de más de ocho mil metros cuadrados de zonas verdes, alberga unas sesenta mil plantas, en gran medida mediterráneas como el romero, el tomillo o la lavanda. En este maravilloso espacio, se celebran actualmente conciertos, fiestas y mercados.
Una de sus torres, la más importante de ellas, conocida como Espantaperros, se utilizó como modelo para construir la Torre del Oro de Sevilla. Su planta octogonal, presenta tres cuerpos diferenciados: el inferior, macizo; el central que comunica con el adarve y esta protegido por dos torrecillas y, el superior de ladrillo y, posteriormente añadido en la época cristiana, para ejercer como campanario. Otras torres a destacar son la del Pendón, la de la Horca y la de los Acevedo.
Emblema de la ONCE en dos mil dieciséis: la entidad distribuyo cinco millones y medio de cupones con la Alcazaba de Badajoz de fondo.
Tras las excavaciones que se llevaron a cabo en el año dos mil quince, se reveló que en las traseras de la actual Biblioteca había un palacio de la época taifa, además de un patio principal del Palacio Gómez de Solís.
Durante el pasado año, las obras de puesta en valor, conservación y mantenimiento del yacimiento arqueológico situado en la puerta del Alpéndiz, han dejado al descubierto un barrio almohade del siglo XII en el cual pueden apreciarse talleres de trabajo y arquitectura residencial.
Todo esto y mucho más se esconde tras las murallas de la Alcazaba de Badajoz. Como suele suceder en estos casos, lo mejor no es que te lo cuenten, es que lo descubras.
