Los roles se mantienen, aunque hay cambios. Las profesiones ligadas al hogar, al cuidado de niños o de enfermos y a la educación están ocupadas de forma mayoritaria por mujeres.
Sin embargo, los hombres ocupan aquellas profesiones relacionadas con el transporte, la construcción y la energía o climatización.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) 284.184 hombres se dedican a la enfermería. En la actualidad es una profesión que sigue siendo vista como un trabajo ‘de mujeres’.
Además, la limpieza del hogar o el cuidado de los niños son dos profesiones que siguen recayendo sobre las mujeres, ya que es muy difícil encontrar a hombres que trabajen como empleados domésticos.
Paco, un extremeño de 56 años, quería trabajar como asistente. “Me ofrezco de interno, para cuidar a gente mayor, plancho, cocino… pero siempre me dicen que prefieren a una mujer”, dice.
En su último trabajo, cuidando a una anciana, duró dos meses. “Encontraron a otra persona y decían que tenía más mano. Mentira, sé que es porque ella era una mujer”, añade.
Ángel, un madrileño que intentó también ganarse la vida como empleado de hogar. “A mí me han llegado a llamar de madrugada mujeres diciendo que me dedique a otra cosa, que les estoy quitando la comida”, afirma.
“Pensé que igual que cuido de mi casa, podía cuidar de la de otra gente y ganar dinero a cambio. Puse el anuncio en milanuncios.com a ver si alguien me llamaba, pero tampoco tuve mucho éxito”, señala.
Amparo Lasén, profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, explica que muchas mujeres se sientan amenazadas cuando los hombres quieren trabajar como asistentes.
“Las mujeres ven la limpieza doméstica como su último reducto de trabajo y entiendo que tengan miedo de la competencia masculina, porque siempre que hemos competido contra ellos, hemos perdido”, afirma la profesora.
“Los estereotipos de género tradicionales siguen muy vivos. La limpieza se ha visto como algo femenino y por eso se desconfía de los varones, como pasa en sectores percibidos como masculinos cuando intenta entrar en ellos una mujer”, añade la experta.
Daniel Torres, secretario de Acción Social y Formación del Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE), explica que cada vez hay más hombres que se desempeñan esta profesión.
Otra profesión que siempre ha predominado la presencia femenina es la de matrona, pero en la actualidad algunos hombres han apostado por este sector.
Antonio Herrera, que lleva ya trece años trabajando como matrón en un hospital de Madrid, explica que la gran mayoría de sus compañeras son mujeres, pero cada vez son más los hombres que quieren ser matrones.
A él le molesta escuchar cuando algunas personas dicen que el oficio de matrona es femenino porque las mujeres tienen mayor sensibilidad . «Lo que entra en juego son los conocimientos, la práctica, las habilidades sociales o la empatía, que no tienen por qué tener más las mujeres», revela Antonio.
Es cierto que algunos hombres se acercan a esta profesión, pero todavía son minoría. «En el Colegio de Enfermería de Zaragoza hay colegiadas 184 personas en la especialidad de matrón o matrona: 172 mujeres y 12 hombres», informa Heraldo.
Es importante acabar con los estereotipos de género en las profesiones, pero también es fundamental el registro de la jornada laboral. Este sistema garantiza el registro diario con el inicio y la finalización de cada trabajador, ya que el objetivo es acabar con la precariedad laboral.
Las empresas tienen que guardar esta información durante al menos cuatro años. Existen algunas excepciones que no es necesario este registro, como es el caso de los altos directivos, consejeros, personal con contratos mercantiles, los empleados del hogar, deportistas, artistas y autónomos.
Los profesionales de Kairos explican que su finalidad es garantizar el cumplimiento de las pausas y los descansos de los trabajadores, sobre todo, evitar una explotación laboral.
Este sistema garantiza que todos los empleados cumplan el horario, ya que algunos trabajadores han trabajado menos tiempo del que deberían según su contrato laboral y esto puede provocar enfrentamientos.
También evita el absentismo laboral, porque al conocer la existencia del registro, los trabajadores estarán más pendientes de cumplir con el horario de trabajo.
Es un sistema que encaja con las grandes compañías, las pequeñas empresas y comercios, por lo que no importa el tamaño y volumen de la empresa.
Otra de las ventajas es que permite una mayor productividad, porque los empleados pueden disfrutar de los periodos mínimos de descanso.
Las empresas que no cumplan con la obligación de registrar la jornada pagarán multas desde los 626 a los 6.250 euros, dependiendo de la gravedad de la infracción.
