Desde que empezó la pandemia, hemos escuchado hablar de los problemas a nivel económico que podría experimentar la sociedad. Hemos escuchado hablar a personas de todo tipo del cierre de negocios, de la necesidad de ayudas sobre todo a las pequeñas y medianas empresas, de la situación tan complicada que se les presentaba a los hosteleros… La verdad es que han sido meses caóticos y no nos extraña que la preocupación haya capitalizado las mentes de todos y cada uno de los ciudadanos ya no solo españoles, sino también los de cualquier lugar del planeta.
Sin embargo, hay una cosa que debemos tener en cuenta. También ha habido negocios que, durante la pandemia, han encontrado una vía para crecer. Es verdad que no desearían haber crecido por una situación tan grave como esta y sí por cualquier otra cosa. Pero lo cierto es que la pandemia ha hecho posible que empresas generalmente asociadas a la alimentación hayan experimentado un crecimiento, un crecimiento que por otra parte ha sido totalmente merecido puesto que sus empleados y empleadas han estado trabajando más duramente que nunca para que en ningún hogar faltaran alimentos que llevarse a la boca a pesar de las dificultades.
En los párrafos que siguen, vamos a hablar de lo que ha venido ocurriendo durante los últimos años con un tipo de productos como lo son los frutos secos, que siempre han gozado de una buena popularidad en un país como el nuestro. La verdad es que se trata de un tipo de alimentos que ha solido gustar entre personas de diferentes condiciones y edades, una de las claves para que, sin duda, nos hayamos familiarizado con ellos desde que éramos pequeños. Ni que decir tiene que, para la mayoría de la población, son un manjar.
Veamos cuál ha sido la evolución del consumo de frutos secos en España durante los últimos años. Para ello, hemos recurrido a una gráfica publicada por la web Statista en la que se indica que, en 2010, ese consumo era de 2’85 kilos al año por persona. Ese consumo descendió en 2011 y 2012, pero no ha parado de crecer prácticamente desde aquel año hasta ahora. En 2019, el dato era de 3’2 kilos por persona. Y, cuando llegó el coronavirus, ese consumo se disparó hasta tal punto de que llegó a los 3’81 kilos por persona, el aumento más importante de los últimos tiempos.
Un artículo que vio la luz en la web Financial Food indicaba, además, que el consumo de frutos secos durante las primeras semanas del confinamiento (el texto está publicado a primeros de junio de 2020) había aumentado un 36%. Y es que, cuando a la gente le tocó quedarse en casa de manera permanente, optó por intentar hacer de la vida lo mejor posible. Para ello, la buena comida es siempre una buena opción y no cabe la menor duda de que los frutos secos son una elección que hace posible que seamos felices incluso en los momentos más oscuros.
Los frutos secos han incrementado su popularidad tras la pandemia. Es una realidad que están poniendo de manifiesto los datos que manejan las empresas del sector. Desde Frutos Secos del Carmen nos han indicado que la cantidad de nuevos clientes que han apostado por este tipo de productos después del mes de marzo del 2020 se ha multiplicado y que eso ha permitido que el sector viva una especie de Edad de Oro. Incluso ahora que llevamos unos meses haciendo vida normal se sigue notando que la demanda de frutos secos ha crecido. Y es que, durante el confinamiento, este fue uno de los productos que permitió hacer que la gente mantuviera algo de normalidad y felicidad en sus casas.
Un producto que funciona bien en el comercio mayorista y el minorista
Es cierto que, durante los meses de confinamiento, el comercio mayorista de frutos secos se paralizó en parte sobre todo a causa del cierre de la hostelería. Sin embargo, el número de ventas que se realizaron en establecimientos de alimentación minoristas permitieron que los negocios relacionados con los frutos secos no solo no se hundieran, sino que vieran incrementadas sus ganancias.
Ahora que hemos vuelto a la normalidad y que los bares y restaurantes ya funcionan con cierta tranquilidad, podemos decir que los frutos secos constituyen una tipología de productos que funciona bien tanto en el comercio mayorista como en el minorista. Y esa es una excelente noticia, una noticia que, además, deja claro que esa Edad de Oro que hemos dicho que viven estos productos vaya a extenderse con el paso de los años. Estamos seguros de que así va a ser. El tiempo, una vez más, nos va a dar la razón.