Todos y todas somos perfectamente conscientes de la situación que se está viviendo en el mundo entero desde hace prácticamente un año. El coronavirus, que arrancó en la ciudad china de Wuhan, nos ha cambiado la vida y hemos tenido que adaptarnos a todas las medidas de seguridad y prevención ante posibles contagios que han sido recomendadas e impuestas en otros casos por las autoridades sanitarias. Está claro que nadie quería enfrentarse a una situación como de la que estamos hablando, pero ahora solo queda luchar para que se revierta la pandemia lo antes posible, porque ya está empezándonos a resultar bastante larga.
Después de la primera oleada del virus, tuvimos un pequeño descanso que solo sirvió para empezar a prepararnos para unas oleadas sucesivas que han ido llegando hasta nuestros pueblos y ciudades y que, en muchos casos, han carcomido las esperanzas y la vitalidad de muchas personas. Es una situación complicada y todo el mundo lo sabe. Precisamente por ese motivo es más necesario que nunca mantener todas las medidas higiénicas y de protección ante el coronavirus. Si no las continuamos efectuando, la situación podría ser, si cabe, todavía más grave.
Tanto es así que, de acuerdo con una noticia a la que tuvimos acceso gracias al portal web de Consalud, el coronavirus ya se había convertido en la máxima de las preocupaciones para los españoles en noviembre de 2020. En todas las autonomías se había erigido como el principal problema con la única excepción de Cataluña, en la que la independencia seguía adquiriendo un cariz central y que sigue marcando la sociedad más allá de la pandemia que venimos sufriendo y que tantas vidas se ha llevado por delante. Desde luego, lo que está claro es que, en términos generales, lo que más nos apremia es acabar con la COVID-19. Y para eso hace falta conciencia en todos los umbrales de nuestra sociedad.
Otra noticia, en este caso del diario El País, informaba de que el nuestro era uno de los países que estaba sufriendo en menor medida los efectos de la segunda ola de la pandemia. Sin duda, era una buena noticia, pero no cabe la menor duda de que insuficiente, puesto que indicaba que el coronavirus seguía estando activo y que, desde luego, todavía son muchas las personas que lo sufren en España. Hay que tener en cuenta que, aunque España estaba bien situado en la lista de países afectados por la segunda oleada, esta fue mayor que la primera. Así que en España se contagió más gente en otoño que en primavera.
La prevención contra la pandemia se ha centrado en varios paquetes de medidas clave: el primero de ellos consistía en el distanciamiento interpersonal, lo que provocó el confinamiento de la pasada primavera. El segundo hizo incidencia en todas esas medidas destinadas a la higienización de nuestro entorno, que ha sido también una cuestión muy importante para intentar paliar los efectos de la pandemia en todos los lugares por los que se ha expandido.
Es la higienización una de las piezas angulares para derrotar al dichoso coronavirus. Y parece que es una de las medidas que más en serio nos hemos tomado, al menos, en España. Eso es lo que nos han comentado desde Chiwawap. Y es que, de acuerdo a las informaciones que nos han transmitido sus profesionales, se ha producido un aumento progresivo y tremendo de la demanda de productos de higiene en lucha contra el coronavirus a medida que la enfermedad se ha ido extendiendo y provocando cada vez más problemas.
El último empujón
Sabemos que es difícil ser optimistas en los tiempos que corren, de eso no hay ninguna duda. Pero también es cierto que tenemos que poner toda la carne en el asador con el objetivo de conseguir derrotar al virus. Ya tenemos una vacuna que se está suministrando a nuestra población y que debería frenar cualquier indicio de la enfermedad más problemática del último siglo, así que ya nos encontramos en la recta final de la enfermedad y estamos completamente seguros de que la gente va a mantener la guardia bien alta hasta el final, tal y como demuestran las solicitudes de productos higiénicos de las que venimos hablando.
Está claro que tenemos que mantener la tranquilidad y saber que, adoptando como propias todas y cada una de las medidas de seguridad, tenemos muchas menos opciones de contraer la enfermedad. Desde luego, resulta evidente que la protección ha de ser lo primero y que muchas personas en nuestro país se están comportando de una manera cívica y satisfactoria en este sentido, aunque en las noticias sigamos viendo los casos de otras personas que no están haciendo lo propio.