Me parece increíble que hasta los bebés tengan moda. Lo digo en serio. Que los adultos tengan tendencias en moda lo entiendo, los jóvenes, incluso los niños a partir de los 4 o 5 años, ¿pero los bebés? Increíble.
La semana pasada mi mujer se quedó dormida en el sofá tras un día durísimo la verdad, así que yo, para que la niña la dejara dormir, me la llevé al parque. Tiene 23 meses, le falta nada para los dos años. La vestí con unos vaqueritos para sentarla en el arenero del parque para que juegue, una camiseta cualquiera y unas zapatillas que le compré la semana pasada del mercadillo súper divertidas, con muchísimos colores y muy vistosas.
Pues nada, me la llevo allí, la bajo de la silla y la pongo en el arenero y ella a jugar, arena para un lado y arena para otro, y de pronto aparece mi suegra que va y dice que había ido a casa y al ver que no contestaba nadie (mi mujer estaba reventada de verdad) se le había ocurrido que a lo mejor estábamos en el parque. Pues bien, se acerca a Ainara, mi hija, la coge en brazos para darle besos y cuando ve las zapatillas va y me mira con cara de “te voy a matar” y le dice a la niña: “Como se nota que te ha vestido tú padre”.
¿Perdona? No a ver, ¡si va monísima la niña! Según mi suegra esas zapatillas parecían sacadas de algún catálogo de ropa para hijos de payasos porque eran la cosa más fea del mundo y no iban a la moda. A ver… ¿moda, en una beba de dos años? Pues sí, la hay, y mucha.
Mi suegra informatizada
Me obligó a meterme con el móvil en esta tienda de zapatos de niña online donde según ella tienen muy buen gusto, para que viera las zapatillas que estaban ahora de moda. Acabó comprándole unas zapatillas nuevas a mi hija, yo no ¿eh?, ella, y amenazándome por haber vestido a su nieta como un payaso. Aluciné pepinillos: sobre todo porque supiera manejar el móvil para comprar por Internet, pero es que mi suegra es mucha suegra. Si le digo a mi madre que haga lo mismo fijo que se acaba comprando un camión o algo así por equivocación, y eso si es que consigue comprar algo.
En fin, que ahí fue donde descubrí que hay moda infantil. Pero no infantil de niños y niñas, no, infantil de bebés. La Santa Señora, que debe de leerse todos los manuales que hay en el mundo para saber manejar las aplicaciones del móvil, me estuvo informando de que en el Blog Moda Bebé podía ver las mejores tendencias de cada temporada y así llevar a la nena bien vestida… o lo que ella llama “bien vestida” porque en mi opinión la niña ya iba bien antes del cambio de zapatillas, pero bueno. Gustos aparte, seguí alucinando pepinillos.
Que si se llevan los tonos pasteles para los bebés en invierno. Que si en verano es mejor llevarla con ropa colorida (no demasiado, no vaya a ser que parezca una hija de payaso y su padre es electricista, no se dedica al circo, por ahora), que si los domingos “son el día del señor” y tiene que llevar vestidito, que si para el parque los vaqueros y los monos están bien, que si… ¡BASTA YA! Es una niña de dos años, no va a hacer ningún desfile de modelos ni va a ir un amiguito a criticarla por lo mal vestida que va. A esas edades les da igual llevar una diadema de diamantes engarzados que un pepinillo con ganchos, así que dejémonos de tanta tontería que estamos creando una sociedad materialista y superficial ¿o no?