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La piscina: un complemento para el hogar

Nuestro hogar es nuestra guarida. Es el sitio ideal para todo lo que queramos hacer o planear. Es el lugar en el que encontramos la paz después de largas y duras horas en el trabajo, durante las cuales toneladas de estrés se acomodan sobre nuestros hombros. La vivienda en la que residimos es, en definitiva, nuestra escapatoria ante la rutina y todo aquello que nos hace la vida un poco más difícil.

De ahí la necesidad de equiparla con todo aquello que consideremos necesario para nuestra estancia. Una casa es el reflejo de la personalidad de todos los que la habitan y, por tanto, tiene características o elementos que nos definen y que nos diferencian de otros. Y también los hombres somos capaces de proporcionar ese elemento a nuestro entorno.

Hace poco más de dos años conseguí, al fin, hacerme con una vivienda. Había pasado años ahorrando dinero para rubricar de una vez mi independencia y fue a principios de 2015 cuando, aprovechando los bajos precios de los que hacía gala el mercado inmobiliario, me lancé. Compré una casa de buen tamaño y con un patio amplio al que realizaría algunos en cambios en cuanto tuviera ocasión.

Esos cambios consistirían en la construcción de una piscina. Desde que era pequeño me encantaba esa idea y me parecía todo un lujo el poder disfrutar de un relajante baño sin la necesidad de salir de casa. Mis padres me habían dicho entonces que se trataba de un lujo bastante caro y que no iba a aportar ningún extra a la calidad de vida de la que ya disfrutábamos, así que mientras viví allí no me quedo ningún otro remedio excepto el de esperar la oportunidad que me brindaba el abandonar el nido.

En mi nueva casa estaba decidido instalar dicha piscina. En un principio se trataba de un proyecto a largo plazo, pero decidí empezar a informarme sobre fabricantes que pudieran realizar la obra a un precio bajo y con celeridad. Después de preguntar varios presupuestos y plazos en varias empresas, en la pantalla de mi ordenador apareció Piscinas DTP, una entidad especializada en la construcción de piscinas. Iban a ser sus profesionales los que me brindarían la oportunidad de tener una piscina en mi casa mucho antes de lo que yo pensaba.

Principalmente, ésta resultaba una buena opción por el presupuesto, que era el más bajo de todos cuantos había revisado. En segundo lugar, una experiencia más que probada me garantizaba que la piscina se realizaría en unas condiciones muy buenas. Sin tener ninguna duda, decidí que mi proyecto fuera llevado a cabo por Piscinas DTP. Y también decidí que la obra comenzara de manera inmediata, algo que no tenía pensado en principio pero que tampoco dudé al darme cuenta de que podría pagar todo sin que eso supusiese un descalabro para mi economía.

Un placer para mi vida

Como me habían prometido, la piscina estuvo construida en un plazo de tiempo muy breve. Se había trabajado con compromiso y con seriedad y gracias a ello yo ya tenía ese elemento que siempre había querido que mi casa tuviera. Tocaba esperar hasta que llegara el verano y poder disfrutar de uno de los mejores placeres que nos da la vida: la posibilidad de tomarse un buen baño en pleno verano.

La estación del calor llegó y por fin llené la piscina. Supe que no había cometido ningún error al mandar construirla desde el mismo momento en el que me tiré por primera vez. Qué sensación. Era como estar en el paraíso sin salir de casa. Una gozada que no me había salido para nada cara y de la que podría disfrutar durante el resto de mi vida. Y es que hay pocas cosas que superen esa garantía de que, cuando llegas a casa después de una dura jornada en el trabajo, puedas tomar en tu propio patio un baño refrescante que te devuelva las fuerzas para acometer el resto del día de otra manera.

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