Nunca me había dado cuenta de lo complicado que lo tienen los niños para intentar ser independientes. Imaginad por un momento que medís un metro aproximadamente y queréis sentaros en la taza del wáter para hacer pipí, o queréis sentaros a la mesa a comer vosotros solos, o asomaros al lavabo para lavaros los dientes… es complicado ¿verdad? Pues eso es lo que viven los niños diariamente y encima les reñimos sino hacen bien las cosas.
MI exmujer ha tomado la decisión de que mi hijo de 6 años y mi hija de 4 sean totalmente independientes (con ayuda, claro está, pero independientes). Es decir, que debemos estar presentes en todo momento, ayudarles si es necesario, pero siempre respetando su espacio e intentando que hagan las cosas por sí mismos, por muy pequeños que sean. Mi hijo de 6 años, por ejemplo, se hace la cama solo pero como se la hace mal luego tenemos que ir los demás y volverla a hacer, pero es lógico, ya irá aprendiendo. Ahora bien, si se la hacemos directamente no aprenderá nunca. Los niños han de ser autónomos e independientes, y no lo digo yo o mi exmujer, lo dicen los expertos.
Con tres años pueden empezar a ponerse los zapatos y vestirse ellos solos, incluso antes si me apuras. Con dos años pueden ir a lavarse las manitas, lo malo es que no llegan al lavabo y han de usar el bidé. Eso o los aúpas un poco… Pero sea como sea deben empezar a hacer las cosas por ellos mismos.
Por eso mismo hemos decidido comprar este tipo de mobiliario infantil en Zaragoza, porque es la única manera que puedan ser autónomos y poner y quietar su propia mesa, sentase solos en sus sillas y comer tranquilamente junto a los adultos.
Cuando te vas por ahí, la típica trona está muy bien pero seamos realistas, el niño de tres años que aún necesita trona pero no está en proceso de empezar a ser autónomo tiene ahí un grave problema y es que no puede subir sólo, aunque quiera, y tiene que recurrir a un adulto para que le suba y, por lo tanto, se acabó ahí la autonomía.
Educar para el desarrollo de la autonomía es enseñarles a ser responsables
La autonomía es la facultad que les permite ser capaces de hacer cosas por sí mismos. Uno de los principales componentes de la autonomía es la responsabilidad. El desarrollo de la autonomía está estrechamente vinculado al desarrollo de la responsabilidad, no pudiendo separarse de éste. Ser autónomo implica tener la capacidad de ser responsable de los propios actos y decisiones.
Los niños y niñas educados bajo esta premisa tienen muchos beneficios ya que favorecemos una sana autoestima y autoconcepto, dotamos al niño o niña de confianza en sí mismo, potenciamos el desarrollo de una personalidad madura y les hacemos capaces de tomar sus decisiones sin miedo a equivocarse. Lo que debemos hacer es darles, poco a pcoo, pequeños encargos adecuados a su edad y nivel de desarrollo (vestirse, comer, higiene, poner la mesa, recoger sus cosas, etc.) y, por supuesto, dejar que se ocupen de esas pequeñas responsabilidades por sí mismos. En un primer momento debemos explicarles cómo han de hacerlo pero, a continuación, debemos dejar que lo hagan ellos mismos mientras supervisamos y guiamos pero siempre con el objetivo de, finalmente, dejarles solos.