Los matrimonios siempre se contraen pensando en que serán para siempre, al menos con esa intención se casa uno. La realidad en ocasiones puede ser otra, en mi caso empecé a notar que mi mujer se comportaba de forma rara, llegaba tarde a casa supuestamente por trabajo y veía que se arreglaba más de lo normal después de haberse casado.
Soy bastante confiado y no pensaba que fuera nada raro, salvo cambios que pueden tener las personas a lo largo de la vida. Lo preocupante es que también afectaba a muchos aspectos, incluido a la intimidad, donde no quedaba nada de aquella mujer juguetona y morbosa que me enamoró.
Así que durante un año más o menos la situación fue esta, donde uno no sabe si hablar con ella en serio y afrontar el tema o no decir nada por miedo a la ruptura. Cada uno lo enfoca o afronta de un modo y en mi caso dejé pasar el tiempo. Ahora a toro pasado creo que intentaba evitar lo inevitable.
Un viernes por la noche me dijo que teníamos que hablar. Todos sabemos que cuando te dice una mujer eso es que algo sucederá y la mayoría de veces no suele ser algo bueno. Me dijo fríamente que había conocido a un compañero de trabajo y que llevaba año y medio con él. Estaba decidida a separarse y que también se irían las dos niñas que tenemos con ella.
Las relaciones humanas pueden ser fruto de conflictos legales complejos
Imaginaros como me quedé, petrificado, no soy de montar escenitas, pero le dije de todo menos guapa, me había estado engañando, diciendo que iba a cenas con amigas a conciertos y sí, todo era verdad, salvo que lo hacía con su compañero.
Me dijo que ya no sentía por mí nada más que cariño, que era inútil continuar con la relación y así se quedó la cosa. Me quedé solo en casa en un fin de semana que no se lo deseo a nadie, llamé a un buen amigo con el que estuve hablando horas al teléfono y me recomendó que contactara con www.tramitesfacilessantander.com, ellos me asesorarían con la mejor manera de proceder ante una situación así.
El lunes me puse en contacto con ello y la verdad que quedé bastante satisfecho, pues me dijeron todas las posibilidades a nivel legal que tenía para poder afrontar una situación como esta y como podía quedar con respecto a un tema tan complejo como era el de las niñas, pensión de manutención y en resumidas cuentas, todo el panorama que se venía encima, para el que no estaba preparado ni mentalmente ni legalmente.
Así pues, al menos contaba con unos profesionales de primera mano en una batalla que va a ser complicada de afrontar, supongo que debe ser más fácil una separación cuando no te une ningún hijo. En definitiva, si quieres no la vuelves a ver, máxime en una gran ciudad, pero aquí tenías unas hijas que te unen y que desde luego es un motivo por el cual estás obligado a tratar con ella quieras o no.
Mi recomendación si os pasa algo así es que no dudéis en contactar con un buen bufete de abogados, en estos casos es vital contar con un buen asesoramiento.