Desde que era pequeño me he sentido fascinado por el mundo de los deportes extremos. Con 8 años patinaba con un monopatín heredado de mi hermano, un viejo Santa Cruz de color naranja, muy popular en la época de los 80. Pero a medida que pasaba el tiempo, mi interés crecía y así decidí invertir el dinero de la hucha en un monopatín más moderno. A los 12 años me regalaron por mi cumpleaños una bicicleta de montaña y poco a poco me fui adentrando en el mundo de los deportes extremos. Al principio hacía cosas sencillas, de poco riesgo, pero iba aprendiendo trucos nuevos y cada vez me gustaba más los descensos de ladera, los giros y los saltos. Con 14 años participé en mi primera competición, gané, y desde ese momento no he dejado de competir, aunque he cambiado de modalidad, ahora practico una variante del motociclismo que se conoce con el nombre de enduro.
El enduro es un deporte que exige un absoluto control sobre la moto y en el que la velocidad y el riesgo están siempre presentes, por lo que se requieren habilidades y destrezas especiales para poder enfrentarse a un terreno abrupto, las rocas, la tierra, las curvas, los baches y los cambios de rasante. El enduro es una actividad dura, por lo que la persona que lo práctica debe estar en buena forma física y practicar otros deportes, ir al gimnasio y correr unas cuantas veces por semana. Igualmente hay que preocuparse de la salud de la moto, revisarla y cambiar las piezas gastadas o que ya no respondan de forma adecuada. Por eso yo confío en Rebesa, una empresa familiar que cuenta con un amplio catálogo de accesorios y recambios para motos y bicis, que aumentan cada año con los productos más novedosos y de mayor prestigio.
La pasión por el motociclismo en general y más concretamente por el enduro, me la inculcó mi madre, que me regaló a la edad de 16 años, su vieja Yamaha 125YC de 1974, una reliquia que tengo guardada como oro en paño. Mi última adquisición es una magnífica Yamaha WR 250 2T de 2016, que comparte características técnicas con la YZ 250 de cross, pero con un kit especial de adaptación al enduro. Es una preciosidad, una máquina perfecta.
Diferencias entre el motocross, el enduro y el trial
Me gustaría aclarar las dudas que existen entre estas tres modalidades diferentes de motociclismo como son, el motocross, el enduro y el trial, ya que los profanos en la materia tienden a identificarlas. Pero la realidad es que entre estas existen importantes diferencias.
En primer lugar el motocross se practica en un circuito cerrado mientras que el enduro es en campo abierto.
Las motos de motocross son más ligeras que las motos de enduro, ya que en las primeras la potencia es un factor fundamental, y para lograr el máximo de aceleración es muy importante que la máquina no sea demasiado pesada.
Las motos de enduro, por el contrario, tienden a ser más fuertes y resistentes, ya que éstas se mueven por terrenos más abruptos y han de estar preparadas para resistir en las peores condiciones. Dado que se mueven al aire libre han de estar diseñadas para enfrentarse a las inclemencias del tiempo y del terreno.
En el motocross los recorridos son normalmente cortos, en cambio en el enduro pueden llegar a alcanzar distancias de unos 60km, aproximadamente.
Las motos de enduro han de estar matriculadas, esto significa que pueden circular normalmente por carretera, pero no ocurre lo mismo con las de motocross, que al carecer de espejos y luces sólo pueden utilizarse en un recinto cerrado.
El trial es una modalidad del motociclismo que consiste en superar diferentes obstáculos dentro de un circuito, que requiere de una gran destreza y equilibrio, ya que los pilotos no pueden tocar el suelo ni caerse. Estas motos son ideales tanto para circular en ciudad como por carretera, y a diferencia de las anteriores no tienen asiento y las ruedas están un poco más deshinchadas, esto añadido a su suspensión relativamente blanda, les concede una mayor visibilidad y un dominio de la moto perfecto.